
Evangelio según san Lucas 3,15-16.21-22
En aquel tiempo, el pueblo estaba a la expectativa, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo les bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él les bautizará con Espíritu Santo y fuego». Un día, cuando se bautizaba mucha gente, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre Él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto».
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