Reflexionemos por el día del Maestro...

Un buen día para todos quienes dicen celebrar, otros decidimos sólo conmemorar y recordar, pero en buena lid, que triste que tengamos en ves de convertirnos en bastiones de alcanzar día a día unas aulas en donde se pueda y genere el futuro ideal para nuestra tan sufriente mal llamada patria de Bolívar, hacemos deshora al querer equiparar a Venezuela con una gran nación que debe arrodillarse a un régimen, a unos disparatados líderes que bajo un ideal bolivariano destruyen y siguen carcomiendo por más de 16 años a tan hermosa nación venezolana. Es hoy el día del maestro, y nombre grande para muchos, nombre o título mal usado por otros tantos, pero en sí somos y queremos seguir siendo eso; sólo maestros, maestros del presente, del pasado y de un futuro que queremos seguir construyendo pero no por un color, por una moribunda revolución y mucho menos por ideales y que libertarios de un sr. que lo que hizo en vida fue sembrar odio, división y destrucción... pues ni afiches, ni pendones ni fotos nos harán olvidar que con él se inicio la debacle de tan fructífera nación que aunque con problemas y coyunturas soñó y sigue soñando ser bastión en la américa toda, pero no por corrupción, inseguridad, escacéz, narcotráfico, miseria, deslealtad y hasta pobladores genuflexos ante un desquiziado gobernante que quiere convertirnos en marionetas. Nó y mucho menos por que al abrir la pág. de la Procuradoría me encontré con tan abominable imágen, en donde se refleja a un docente(maestro) sin boca y en donde imparte conocimientos a unos animales, que tal, así nos ven, pues nó ya que queremos es ayudar a que nuestros educandos o formandos sean de libre pensamiento, de razonamiento lógico y reaccionario, pero en pro de hacer de esta gran Venezuela, lo que debe ser la gran potencia del caribe y del continente americano... Abrazos y bendiciones a todos quienes soñamos y luchamos por una gran nación, por una hermosa patria que sea de todos y para todos por igual... ya venezuela cambió, leyeron cambió y de la mano del único y real maestro: Jesucristo.